domingo, 19 de abril de 2015

“LA SEXUALIDAD Y EL VÍNCULO AMOROSO” (Yako Román Adissi)

RESUMEN
Se Intenta comprender el significado y los desarrollos de la dinámica sexual en la evolución del sujeto humano y la participación que tiene en el desarrollo del vínculo amoroso. La sexualidad debe entenderse como una manifestación de la pulsionalidad tal como lo destaca Freud en su obra, lo que le ha permitido descubrir la sexualidad infantil y su incidencia en el desarrollo psíquico normal y patológico. Pero el concepto de pulsión adosado  a la sexualidad humana ha producido, a nuestro juicio, una ruptura en la teoría del conocimiento debido a su aceptación como fundamento en el desarrollo de los fenómenos sintomáticos abrió las puertas de la comprensión de las conductas humanas patológicas y normales.
                    
Pulsión es un concepto cualificador porque indica que la pulsionalidad sexual en el hombre, a diferencia de otras especies animales, posibilita que no solo el objeto generador de placer puede cambiarse, sino que la direccionalidad sexual puede variar adquiriendo características singulares en cada individuo en función de la educación, proceso en el que tiene significativa importancia las dinámicas identificatorias de manera que la pulsión misma puede ser modificada cualitativamente y, por cierto, sin que el individuo y la especie humana desaparezcan.
El deseo, movilizado por el motor pulsional, es una agitación anhelante que se resuelve – satisfacción de la necesidad mediante - en el placer. Lo que satisface la necesidad de re-encuentro con el otro fundamento del desarrollo humano en tanto el deseo, indisolublemente ligado a huellas mnémicas restablece la primera experiencia de satisfacción cuyo soporte, para que el cumplimiento del deseo se produzca, es el encuentro con el otro. Dicho re-encuentro no solo es el organizador de un equilibrio emocional, sino que, además, es el motor de estructuración del psiquismo humano y de la adquisición de niveles cualitativos de manifestación psíquica característicos de la humanidad, tal como la historia lo destaca cuando hace eco de las actividades creativas de los hombres expresadas en sublimaciones y mutaciones de la originaria energía sexual, dando lugar así a extraordinarios desarrollos culturales que evidencian las posibilidades potenciales de la nueva integración de la materia viva, base que sostiene la construcción del singular psiquismo humano.
Diversamente, las pulsiones sexuales, al deslindarse del objeto cuya singularidad es reconstruida en las diferentes etapas evolutivas de la vida del hombre, están instaladas en un psiquismo cuya particularidad es transformar tiempo, es decir relaciones significativas con  el mundo, en realidad subjetiva, o dicho de otra manera, en dimensiones psíquicas. La consecuente proyección de la metabolización de dichas relaciones con la realidad exterior le posibilita una constante recreación  de su subjetividad y con ello una creciente concienciación de su identidad.

¿Por qué la sexualidad es un tabú?
Creemos que una incógnita que anida en todos los seres humanos es el porqué de la repulsa individual y social hacia el deseo sexual y sus manifestaciones. ¿Por qué la sexualidad es un tabú? ¿Por qué la cultura occidental ha idealizado la virginidad? ¿Por qué los hombres son más perversos de lo que creen y más moralistas de lo que parecen? ¿Por qué, en derredor de la sexualidad, se ha edificado una dimensión de hipocresía cuya resultante ha enlodado la cultura occidental? ¿Qué relación tiene la sexualidad con el amor? ¿Amor y sexualidad se copertenecen? ¿Es factible la sexualidad sin amor o el amor sin sexualidad? ¿Qué relación tiene el erotismo con la sexualidad?
Muchas más podrían ser las preguntas con relación a la sexualidad si consideramos que la humanidad depende de ella, no solo por su participación en la génesis de la misma sino por su directa implicancia – que debiera ser aceptada y valorizada comprendida y valorizada - en las manifestaciones sexuales inhibidas en su fin que constituyen la materia prima del desarrollo ético de los hombres.

El contacto con la historia de la humanidad nos muestra que las luchas que acontecen en la actualidad no son nada más que reediciones de otras similares ocurridas en el pasado obedeciendo a la dificultad que tiene el hombre de renunciar a lo que alguna vez poseyó y que, capacidad simbólica mediante, reencuentra en otros objetos y situaciones que metaforizan aquellos originales que la cultura le obligó a abandonar.
Intentaremos comprender, luego de lo expuesto, porque la pulsión sexual, que proporciona las más intensas satisfacciones, ha dado lugar a tanta imaginería fantasmagórica con su secuela en la creación de tabúes y prohibiciones. Nos contactaremos, para ello, con la concepción de la sexualidad que tenían otras culturas ajenas a la moral tradicional que tanto ha castigado a quienes decía defender.
Dirigiremos nuestra atención hace las devastaciones éticas y sociales que pergeño la moralidad de cuño judeo-cristiano en nuestra civilización, lo que contribuyó a generar una escisión psíquica al fomentar, apoyada en tabúes, una hipocresía generalizada cuyo destino final se observa en la valorización e idealización de la guerra – es decir de la destrucción - en oposición al amor: compleja dinámica interactiva integrada por la inteligencia, los afectos, las sensibilidades, el deseo sexual, la capacidad reciprocidad, la sublimación, la creatividad inherente a cada individuo y finalmente la voluntad. El amor es el fundamento en el que se apoya el psicoanálisis, cuya tendencia es siempre hacia la unión y la construcción.
Si aceptamos que la tarea del psicoanálisis es liberar el amor que se haya reprimido no negamos la ambivalencia constitutiva del hombre, él amor –odio que subyace a toda conducta, si no reconociendo que el individuo se construye como tal en la relación con la sociedad, es un producto de ella y de su historia particular, lo que implica trascender el narcisismo original.


DISTINTAS CONCEPCIONES DE LA SEXUALIDAD
Han existido civilizaciones que honraban la experiencia sexual como  como bien supremo de la vida y vehículo místico en oposición a la concepción obscena y secreta que la cultura judeo-cristiana ha condicionado. Divinidades como Astarté entre los fenicios, Cibeles  entre los griegos Rea entre los cretenses, eran símbolos inequívocos del deseo y goce sexual y además divinidades maternas, solo entendidas en su sentido generativo y protectorio, sin referencia a las prohibiciones morales conexas con el miedo al incesto.
Los romanos cuando conquistaron Sicilia en el siglo III a. de. C. quedaron impresionados por las virtudes taumatúrgicas de la diosa a la que dedicaron dos templos en roma, uno en el Capitolio y el otro en la Porta Collina. Los hombres libres del tabú sexofóbico no solo concebían a la sexualidad como algo intrínsecamente divino y milagroso sino también como vehículo de experiencias místicas, como vía para llegar al éxtasis, una manera de liberarse de la conciencia de si y confundirse con el universo.
Hesíodo menciona que Dionisos era el dios del júbilo, del placer, de la vida. Eurípides lo llamaba el enemigo de todo dolor y el sanador de cualquier aflicción. Sus ritos expresados a través de las divinidades eróticas de la Hélade exaltaban el amor, acompañados de una sensualidad inficionada de matices y articulaciones estéticas. Su amplia libertad erótica derivaba de una concepción positiva del sexo; es decir, no sexofóbicas.
Siva, a su vez, era considerado el gran creador de la vida, sus ritos eran orgiásticos al modo dionisíaco y tenían en común con el culto a Dionisos la falta de todo prejuicio ante la feminidad y su profundo espíritu democrático.
Se ha dicho que la libertad erótica llevó a la civilización helénica a la homosexualidad, pero ello no ocurrió en otras civilizaciones eróticamente más libres aun. Pensamos que dicha sociedad tenía gérmenes de regímenes patriarcales que ubicaban a la mujer en posición de inferioridad. Las mujeres griegas no alcanzaron el estado de liberad y dignidad de las matronas romanas en la época imperial, su única tarea era procrear, en todo lo demás su actitud era pasiva y silenciosa. En este sentido los hombres de esa elite tan refinada y evolucionada no experimentaron la atracción psíquica y física que es necesaria para el desarrollo de un amor completo y profundo y ello dio lugar a la atracción amorosa hacia los jóvenes más hermosos del mismo sexo por los cales en general sentían un amor espiritual tal como definió Platón al género de  amor que exaltaba las tiernas amistades entre los hombres.
Cuando se hablaba de homosexualidad en la civilización helénica se olvida que frecuentemente las relaciones amorosas entre los hombres no superaban los límites de una amistad sentimental. No estamos aseverando con esto que en la Hélade no existía la homosexualidad, sino acentuando el lugar que en el afecto y la intelección de los hombres ocupaba la mujer, volcada solo a la procreación y las tareas hogareñas. Las únicas mujeres que gozaban de un estatus y educación particular eran las heteras (cortesana griega, mujer pública).
La civilización helénica consideraba a la sexualidad no solo como un impulso humano no degradante sino como un fenómeno milagroso, como la manifestación de una divinidad profundamente buena y benéfica que permitía luchar contra las fuerzas disolutorias del dolor, la enfermedad y la muerte.
La civilización etrusca tenía gran libertad erótica. Era un pueblo que reconocía a la mujer una posición moral y social muy elevada.  La libertad erótica etrusca estaba fundad en la reciproca libertad y armonía de los sexos, determinando, a su vez, una serena comunión con la naturaleza.
Los niños de las civilizaciones mencionadas, incluyendo la civilización Hindú, eran educados con libertad sexual al admitir las manifestaciones protosexuales  infantiles; apoyaban en los juegos infantiles el hábito de “jugar al amo”, es decir, imitar el galanteo y el acto carnal. En las culturas polinesias sexualmente libres no existía prácticamente la prostitución, quizás debido a la libertad erótica y a la elevación social de la mujer.
Creemos que es importante valorar que etas culturas primitivas o paganas han encontrado una solución vitalista al problema erótico  en contraposición a nuestra cultura donde prevalece una solución fóbica y penitencial.
La percepción que los hombres tienen de lo que acontece en el mundo externo depende funcionalmente de aspectos instrumentales: los órganos de los sentidos, por los que transitan las percepciones que al ser internalizadas y metabolizadas producen un sedimento de la información recibida . dicha elaboración conceptual y afectiva es proyectada sobre el mundo externo, lo que conduce a que los individuos designen con la palabra “realidad”  aquello que luego de ese proceso creen ver o comprender . pero, paradojamente ello designa solo la resultante de un proceso metabólico que constituye la subjetividad individual y por cierto no solo plasmada de cualidades si no, y fundamentalmente expresión de la sujeción de cada individuo a su entorno cultural e histórico que hacen de la persona  un ser con libertad condicional.

LA ÉTICA SEXOFÓBICA Y SU EVOLUCIÓN
Al lado de la concepción sagrada del sexo encontramos una contraria que considera la unión de los cuerpos como una conducta pecaminosa, asociándola con la vergüenza, la culpa, la repugnancia el miedo. En este sentido que la designamos como ética sexofóbica.
Al internarnos en la historia de la cultura comprendemos que dichas concepciones no contribuyeron a la constitución de un individuo sino a la escisión sobre él. Un ejemplo de ello nos lo proporciona nuestra heredada moral tradicional que aun cuando admite  rever sus postulados aceptando la institución del divorcio, del concubinato, las manifestaciones de homosexualidad persisten aun hoy en el imaginario colectivo de la cultura como un límite a las motivaciones hacia el cambio.
Algunos conceptos del matrimonio tiene su origen en la doctrina cristiana, reveladores de la concepción sexofóbica mencionada.  Orígenes escribió: “el matrimonio tiene siempre algo de impuro de irreligioso”. San Jerónimo sentencio: “el matrimonio es siempre un pecado”.
San Bernardito de Siena, famoso predicador del siglo XIV exhortaba a los esposos  a no unirse con alegría y a considerar el acto carnal como un doloroso precio que hay que pagar para gozar el beneficio de la prole. Santo Tomas de Aquino decía: “en el fondo el acto conyugal es siempre un pecado”. Existe una morbosa casuística en torno a los pecados eróticos que ocuparon a moralistas cristianos e inclusive  a Santo Tomás, quienes consideraban pecados mortales a los besos y las caricias sobre las partes del cuerpo que la decencia y el pudor obligaban a cubrir.
En la Inglaterra de Cromwell, todo acto sexual pre o extramatrimonial era castigado con tres meses de cárcel. El adulterio y el incesto era castigada con la pena capital.
La libertad y el amor son creaciones humanas y por ello manifestación del desarrollo cultural. Es en este sentido que sostenemos que el amor no es un sentimiento sino una inteligencia que o comprende y acepta la presencia del otro como necesaria para su propio desarrollo y una voluntad que realiza aquello que la inteligencia comprende, proceso que es siempre acompañado por un sentimiento ora de valencia, ora de valencia negativa, porque el amor verdadero adulto o maduro es aquel que siempre tiene presente que el amor es un proceso en constante desarrollo y por lo tanto una expresión evolutiva de la relación, lo que implica la consideración y valoración de aquellos aspectos esenciales que hacen al vínculo amoroso que no pueden ser dejados de lado por una eventual conducta negativa de alguno de los integrantes de la pareja.
La comprensión del proceso amoroso como una adquisición cultural del hombre directamente relacionada con la constitución de la subjetividad, despierta la conciencia de la íntima necesidad del otro como móvil para su autorrealización.
El amor se nutre fundamentalmente de una inteligencia que comprende valores y una voluntad que las realiza acompañada de afectos que pueden tener alternativamente valencia positiva o negativa, porque en él lo que importa es el proceso de desarrollo y complementación de dos individualidades en un proyecto no solo movido por la sexualidad y el afecto sino, esencialmente, por la capacidad inteligente y sublimatoria que conduce a comprender al partenaire, es decir, a integrarlo dentro de la mismidad.

COMENTARIO:
El libro “la Sexualidad y el Vínculo Amoroso” el autor  nos brinda  aportes sobre conceptos y etimologías de las palabras que juegan papel importante en dar respuestas a muchas interrogantes, sobre el tema de la sexualidad humana enfocada por Freud.
Este libro nos  invita a pensar y a seguir pensando sobre lo que somos, sobre lo que sentimos y sobre cómo relacionamos.
podemos apreciar el análisis de la sexualidad introduciéndose más a la religión que lo consideran un tabú, desde mi punto de vista es importante exponer todas las ideas ya que en la familia siempre nos inculcan la moral sin darse cuenta que cuando sobrepasa los límites esta pude volverse dañina y no permite que la persona explore todo un mundo de sensaciones y nuevas emociones; se menciona también la sexofobia se sabe que las fobias son un miedo que termina perjudicando la vida cotidiana por esto es importante una verdadera educación y no la pseudoeducación que pretenda orientar a las personas desde su niñez.

GLOSARIO:
·         Vinculo: Unión de personas sin interés.
·         Pulsionalidad: Impulso comportamiento característicos de los humanos.
·         Etiología: Estudia el comportamiento de los animales y seres humanos.
·         Somático: Está formado por las neuronas sensitivas. Ejemplo sensación de dolor
·         Sexofobia: Miedo atener fobia.
·         Epistemológica: Es una rama de la filosofía que estudia el conocimiento histórico, psicológicos y                                    sociológicos obteniendo conocimientos.
·         Escisión: rotura, rompimiento en sentido físico y figurado.
·         Tabú: Prohibición basada en ciertos prejuicios, conveniencias o actitudes sociales

·         Pansexualiad: es una orientación sexual humana caracterizada por la atracción estética,                                                romántica o sexual por una persona, independientemente de su sexo y su género.
·         Patriarcado: hace referencia a una distribución desigual del poder entre hombres y mujeres en la                              cual los varones tendrían preeminencia en uno o varios aspectos.
·         Pseudoeducación: educación que no cumple con los estándares.
·         Oscurantismo: Oposición a que se difunda la cultura y la educación entre las clases populares u                                ocultación de información.
·         Orgía: Una orgía es una actividad sexual en grupo. También se denomina así a una práctica sin                  ningún tipo de restricciones

·         CÉLIBES: Persona que no ha contraído matrimonio.


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